sábado, 20 de octubre de 2012
(:
Un segundo. Un momento. Un instante es suficiente para que todo cambie. El motivo? Unas simples palabras. Un inofensivo acto. Cualquier cosa, por minúscula e insignificante que parezca, puede hacer que tu vida de un vuelco. Que, sin darte ni cuenta, pases de todo a nada. De felicidad a tristeza. De amor a odio. Lo peor es no poder controlarlo. No saber las palabras que no hay que pronunciar para que todo siga igual. Termina siendo insoportable. Y lo único que te queda es acostumbrarte. Aprender a asimilar los cambios. Aprender a vivir con el miedo al destino.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario