Un viejo califa que recorre la Mezquita,recuerda tu sonrisa, pluma, papel, deprisa.Una dulce niña mora de la morería me decía todos los días que sus ojos se podían clavar. Clavar como espadas afiladas.
Sultana mil veces, amor adormece,belleza que enloquece y me escuece.Perfume que a los dioses enfurece,ayúdame sultana que mi alma perece.Mil y unas noches.Mil y una noches tú y yo le robamos al sol,la luna testigo de nuestro gran amor,sultana que fui, no quiero volar,
Medina Azahara llora cuando tú te vas.
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